sexta-feira, 23 de julho de 2010
POESIA: IRENE MARKS
Foto; Gagnaire, Surrealismo
Irene Marks, argentina, porteña, 1953.En 1974 recibió una Mención en el concurso realizado por la Municipalidad de la Matanza por su libro Búsqueda del Grito
Libros publicados: Presencias, 1982. La Hermandad Galáctica, 1984.Ambas en el género poesía. Ha colaborado en diversas revistas y participado en la revista Empresa Poética y El Cañón Oxidado. Ha publicado dos plaquetas en la serie Ediciones del Sr.Quq, editada por el poeta Horacio Laitano. Dos de sus cuentos Burbuja Resonante y Burbuja Solitaria han sido finalistas en el concurso organizado por la Editorial de los Cuatro Vientos.Ha publicado narrativa y poesía en antologías de Editorial de los Cuatro Vientos y Andrónico.
Libros inéditos:
Cuentos: Burbujas del Sol. Poesía: Origen y El Séptimo Mar
PRESENCIAS
Puedo cantar, frío en París,
luna cortante,
lánguida nostalgia del presente
Mi corazón es un loco de Tarot
y el agua crece, viejo Sena,
mientras aquí sueño con Buenos Aires
y no volver jamás
y sí volver...
El alma se me extiende
junto a mi Petit Pierrot
que es como decir:
Kerouac medita
en lo alto de la montaña
Y su muerte es la de John Lennon
Porque ahora pienso
Kerouac piensa
John Lennon canta
las luces de París
se encienden locas de amor
por los que abriendo el tiempo,
permanecen
MUROS
Una selva
y un templo derruido donde habitan los monos
y en el templo una estatua gigantesca
con los ojos abiertos
Una calle
ventanas que custodian lo mundos separados
Detrás de esa pared alguien está muriendo
y de este lado
un hombre una mujer hacen el amor
La tierra se ha cubierto de cemento
y el canto de las aves suena como metales
en los cuartos vacíos
verticales
desnudos
después de la explosión
MIRADA
Pozo de corazones
derretidos en luna
llamando
Diluvio tan confuso
Murciélagos levantan
la piel de las estrellas
...y por detrás el río
el agua turbia
de las calles antiguas
besadas en secreto
VIAJE
En tus remos de sangre
la dulzura la muerte la alegría
todo el alcohol perdido
Y el mar está tan cerca!
(Los poemas anteriores pertenecen a Presencias, 1982)
RETORNO
Recortar la amapola del silencio
Y abrirla hasta las lágrimas
. . . . . .
Líquido túnel...
Hay que nadar despacio
Un levísimo roce puede matar a los animales
de piel cálida que brillan suavemente
Hay que bajar la voz en cada canto
Un grito haría caer las altas flores que
Ondean en las paredes de la caverna clara
Tan difusa la luz
que sabe a sueños
a visiones remotas
olvidadas
en umbrales nocturnos
Acaso haya un retorno desde los ojos ciegos
Un atajo sencillo que no se desvanezca
arrojando el amor a las aguas en llamas...
Acaso...
SOL
A Marco Aurelio Marks
Nacido de la tarde,
Ola de Fuego,
rumorosas espigas te saludan,
Oh Amarillo,
Padre Sol,
Oro de los Crepúsculos,
Jamás aprisionado en los arcones,
Difuso y sin metal.
Háblanos siempre,
grita
tu silencioso don
que atrae el canto
que convoca a las aves y a la risa
que desnuda las cumbres y los valles.
Padre Sol,
Granero de la Vida,
ah no descanses nunca.
Hay tanta pena turbia que no olvida.
Tanta ciénaga inmóvil.
Ven por las aguas, por el viento o las hojas
Ven por la Calle de la Ciudad Que Llora
Ven por los Bosques Que Velan A Sus Muertos
Ven por la Ruta de Todos los Dolores
incendiando semblantes cruzados por tinieblas
Ah deténte en el Cielo de los Débiles
En la Estación De Trenes Olvidados,
Tiende allí tus brazos luminosos
y sonríe,
Oh Protector del Aire,
Padre Sol Benevolente
LA LLANURA SECRETA
Canta la gran llanura
cubierta por la nieve
humea
su eterno desafío
allí donde no llega
el ladrido de los perros de caza
Solamente
el sonido
de infinitas cadenas
refregadas
al unísono
contra los barrotes
de las jaulas-cemento
de las jaulas-fábricas
de las jaulas-minutos robados a los ojos
Por una flor
que ha de nacer
despacio
bajo la nieve,
canta
la gran llanura
humea
su secreto de vida
Cuando lleguen los niños de mañana
la flor habrá crecido
Y el cielo estará claro
en el sendero abierto
entre las jaulas rotas
ERA DE PAZ
Marchitos
caerán los relojes.
Un sol de fuego blanco
despacio cantará
sobre la seda abierta
de las aves.
Magnética la luz.
Sin nombres irán los reinos
antiguamente ocultos. .
Y el corazón abierto de la selva
tendrá color de lluvia.
Cuerpos celestes
volarán por el aire
como anchos sombreros mejicanos
en celebración de fiesta
Y habrá una danza
entera y amarilla
de panes liberados.
Nadie caminará por las calles
de la prisión antigua
donde
alguna vez
entraron y salieron
los hombres
por puertas giratorias
con maletas de plástico.
(Los poemas anteriores pertenecen a La Hermandad Galáctica)
Para Mike, ángel verdadero
El corazón desnudo de la noche
circundaba la luz donde nacías,
Vida Blanca,
camino de dulzura recurrente.
“Puedes andar”, dijo la mujer de la noche,
“abrirte al sol de las mil sendas,
conocer cada vía
para olvidarla luego”.
“Saberes no acumules ni cosas
ni te aferres
a aquéllos que comparten
tus sucesivas rutas...
Sólo habrá un compañero permanente,
lo has conocido antes.
Su luz es amarilla y canta duendes
Hallarlo no te será tan fácil.
Pero será su fin el mismo fin que el tuyo
Y en su principio habló tu misma lengua,
ésa que no recuerdas.
Que tu sencillez lo instruya
Que tu sencillez lo instruya
Porque tu zona brillante y su luz
se contraponen y completan...
Y serán casa el uno para el otro,
ya que habrán de desplazarse
sin cesar
con la fiebre peregrina del nómade,
extendiendo su amor a todo lo viviente
cuando la muerte quema las venas lastimadas de la Tierra
(Ediciones del Sr. Quq, 1988)
En tu barca
A Marco Aurelio
Porque se van las aguas
y con ellas los rostros las sonrisas
eh padre cómo va la barca.
Aquí la costa lanza las señales del Sol
para que te iluminen.
No apresures los remos- muéstrame tu sonrisa.
Es todo el tiempo el que besa tu frente
eh padre cómo va la barca
Cuando cantan las ondas o se mueven
o permanecen quietas
mi voz está en tu voz,
tu barca es la de todos los viajeros
que conocen la magia de los duendes.
Suenan las campanillas del enano del cuento:
eh padre cómo va la barca
“La verdad es amarilla”
A Carlos Giovanola
Partió el viajero de la lejanía
No sostuve su mano. No pronuncié el adiós junto a su almohada.
Pero con él anduve los caminos cantando.
Comí cebolla y pan
Y vi surgir dibujos de su pluma.
En la noche sus dedos de gitano
levantaron la carpa
Las estrellas crecían desmesuradamente
en la alta montaña
Y quisiera saber por qué fue entonces la roca del milagro
Viajero siempre partes
Este viaje dura una eternidad
(2005, Ediciones del Sr.Quq, plaqueta)
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Por Vanda Lúcia da Costa Salles
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Gracias, obrigado, querida Vanda por publicarme en un blog tan bello y con tanto amor.Guardo un hermoso recuerdo del momento que pasamos en Buenos Aires, en el colectivo de los poetas de APOA. Muito carinho pra voce(espero haberlo escrito bien) Irene Marks
ResponderExcluirQuerida Poeta Irene Marks,
ResponderExcluirUn placer inmenso! Um prazer imenso tê-la aqui, para que todos possam lê-la.
Saiba não a esqueci.
V.L.C.S.